La peste negra

La peste negra, o muerte negra, fue una pandemia mortal que se extendió en el siglo XIV y provocó la muerte de un tercio de Europa y de 40 a 60 millones de personas en Asia. En total se calcula que perdieron la vida 75 millones de personas en todo el mundo. Es el mayor cataclismo de la humanidad, superando cualquier otro conocido. Prepárense para conocer el mayor tiempo de oscuridad y miedo de la historia.

Las fuentes sobre este hecho varían considerablemente, pero se ha extendido la teoría de que se trata de un brote de la peste bubónica que se contagiaba con facilidad por el aire. Ocurrió en un tiempo de disturbios, conocido como la Guerra de los Cien Años, donde se sufrían bajas con facilidad y los cuerpos mal enterrados servían de comida para las ratas. La enfermedad se originó en 1348 al sur de Rusia y avanzó hacia Europa y el Medio Oriente. La guerra y la hambruna ayudó a propagarse, mediante la picadura de las pulgas de las ratas negras. La poca higiene del sistema medieval propició la plaga ya que las ratas abundaban y a nadie le preocupaba. Los patrones de la agricultura y comercio se vieron perjudicados por la guerra, las condiciones climáticas adversas y el reducido grano, les obligó a paralizar las cosechas, condenado a la población a la desnutrición. Así la epidemia encontró cuerpos debilitados que no ofrecieron resistencia al contagio.

Las víctimas de la peste negra veían en su piel manchas negras que llegaban hasta algunos tejidos del organismo, sufrían fuertes temblores, sudores, desfallecimientos y hacían un fuerte olor similar a paja podrida. La plaga contó con tres variantes. La más común era la peste bubónica que tenía entre un 30 y un 75% de mortalidad, caracterizándose por gigantescos hinchazones negros en distintas partes del cuerpo que podía supurar produciendo un insoportable hedor, además de fiebre, fuerte malestar y náuseas. La segunda forma más común era sobre los pulmones conocida como la peste neumónica, con síntomas característicos de escupir sangre y una mortalidad del 95%. La forma menos común y mas mortal era la llamada peste septicémica, del 100% de mortalidad, reconocible por un tono de piel morado y fiebres extremadamente altas. Otro de los síntomas era el delirio que provocaba que los infectados vieran alucinaciones y sufrieran accidentes o incluso se suicidaran.

Se cuenta que la gente tenía pavor por esta epidemia y la nobleza pensaba que estaban a salvo, al no ser pobres. Se demostró que no era así, ya que algunos nobles importantes cayeron, sin embargo el azote fue menor a los grandes señores. Nadie estaba a salvo. Lo que sí está claro es que se extendió aleatoriamente, devastando algunas ciudades y afectando ligeramente a otras. Por ejemplo en Florencia sólo un quinto de su población sobrevivió, mientras que en el este de Alemania murió bastante menor proporción de gente.

Los mongoles, en sus batallas, lanzaron con catapultas los cadáveres infectados dentro de las ciudades, propagando la enfermedad. Europa vivió un auténtico Infierno. Los barcos llegaban a los puertos con la tripulación muerta. Al principio se pensaba que era una enfermedad que traían los judíos, pero cuando se extendió globalmente la gente dio la espalda a la Iglesia al pensar que Dios no hacía nada por librarlos del Mal. Incluso se llegó a pensar que había llegado el temido Apocalipsis, con los cuatro jinetes infringiendo daño: propagación del evangelio (todo el mundo conocía la profecía), guerra (la Guerra de los Cien Años), hambre (las cosechas se habían paralizado) y muerte (la peste negra). No había ciudad donde la epidemia no llegara. Hundió a reinos enteros en la pobreza. Las calles y campos se llenaron de cadáveres. Se declararon incontables cuarentenas en balde. Cuando parecía estar extinguida, volvía a resurgir, pero siempre a menor escala hasta 1490. Provocó el fin del feudalismo. Años después nació el Renacimiento y con él una nueva cultura para la humanidad.


Publicado

en

por

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *